En este texto Robert Kagan pretende romper con la afirmación generalizada, y en su opinión falsa, de que Estados Unidos y Europa comparten la misma visión del mundo y actúan en el ámbito internacional de igual manera. Pero, aún va más allá, y nos explica la diferencia de procedimientos de ambos actores internacionales, por qué sus políticas son distintas, y cual es la importancia de esto.
Kagan argumenta que la actual política pacífica de Europa es nueva ya que históricamente Europa ha dominado el mundo de forma muy diferente hasta la primera guerra mundial. Los americanos son también hijos de la Ilustración y en el siglo XVIII y principios del XIX eran muy parecidos a los europeos de ahora cuando se trataba de negociar con los imperios europeos de entonces, aunque utilizaran el poder frente a la gente más débil de Norteamérica.
Actualmente, la ecuación de poder se ha invertido, Estados Unidos es más poderoso que Europa y se comporta como una gran nación. Cuando Europa era más fuerte creían en la lucha y la gloria, ahora ven el mundo a través de los ojos del poder más débil.
Estos diferentes puntos de vista, debilidad frente a fuerza, crean diferencias de juicio, de percepción de amenaza y diferente calculo del interés.
Pero esto es solo una parte de la respuesta, también se ha abierto un hueco ideológico ya que Europa es la única que tiene una experiencia histórica y ha desarrollado una serie de ideas y principios de moralidad del poder diferentes de los principios americanos que no han tenido esta experiencia.
Kagan explica que el actual problema transatlántico es una cuestión de poder y no de “Bush”. Según él, la Europa débil no quiere usar la fuerza y Estados Unidos es propenso a ella. Los Europeos tienen interés en crear un mundo donde el uso de la fuerza no importe y donde predominen las leyes e instituciones internacionales, es decir, en opinión de Kagan, tienen interés en erradicar un mundo Hobbesiano y esto es lo que quieren los poderes débiles porque temen ser victimas de los poderes fuertes en un mundo anárquico.
Kagan olvida que Europa ha sido escenario de guerras desde hace 2000 años y Estados Unidos casi no conoce los efectos de una guerra moderna. Por tanto, en mi opinión no sería justificable afirmar que “los americanos viven en un mundo más peligroso en el que la acción militar está justificada”, como dice Kagan, porque precisamente por ser conscientes de lo peligroso que es el mundo los europeos han adoptado esta nueva política internacional.
También insiste en la idea de que Europa es tolerante porque es débil y pone el ejemplo del enfrentamiento entre un oso y un hombre, si el hombre tiene más posibilidades de acabar con el oso actúa, si no va a conseguirlo no hace nada. Yo no comparto en absoluto esta opinión, al contrario, creo que es mucho más fácil tapar con el problema que intentar solucionarlo. No creo que Europa sea tolerante por que es débil, sino porque ha aprendido de su historia y ha adquirido valores. Esta idea, es comparable, a la idea de la pena de muerte. Europa cree en la reinserción y los centros penitenciarios están dirigidos a ella, no se queda en la superficie sino que profundiza en los problemas para intentar que no vuelva a pasar. Sin embargo, Estados Unidos cree en el castigo y tiene una visión simple de la realidad.
En definitiva, en mi opinión Kagan tiene razón en que Europa es débil militarmente y que, por consiguiente esto le hace débil en el panorama internacional donde actúan fuerzas descontroladas. Pero Kagan no tiene en cuenta que un mundo globalizado como el actual es mucho más complejo y que no todo depende de la hegemonía militar. Europa es la primera potencia económica y mundial del mundo y es cuestión de tiempo que unifique su política de defensa. Sin embargo, Estados Unidos, a pesar de la desproporción tecnológica existente entre el poder militar americano y el europeo, está en declive porque no ha atendido como debía, -si su objetivo es el mismo que el de Europa como afirma Kagan de crear una sociedad pacífica y con valores,- temas sociales y raciales, y además se enfrenta a un déficit público sin precedentes en la historia de la humanidad. Los americanos ya han llegado al límite de su poder, (el ejemplo más gráfico es que están apunto de sobrepasar su techo de gasto) y solo les queda caer. Su idioma, el inglés, está en declive, y el uso del español crece cada vez más en su territorio, incluso, su estilo de vida está en declive y por ende también su política exterior.
En mi opinión, está claro que la creación de un mundo en paz pasa por someterse a una ley internacional y a unos organismos internacionales que aseguren la igualdad entre las potencias y la multipolaridad. El terrorismo internacional pone de manifiesto, que al contrario de lo que opina Kagan, la capacidad militar unilateral ya no es una garantía de poder internacional frente a los demás, no es suficiente para la estabilidad y la seguridad, y es necesario un orden universal para asegurar la convivencia y solucionar los conflictos.
Creo que el camino que ha tomado Europa en política exterior es el resultado de la experiencia y de un conjunto de valores que definen la identidad europea.